jueves, 28 de junio de 2012

Dios está en la mente.

En otros textos, ya he comentado mi afición por las artes marciales. Vuelvo a repetir que sólo soy un persona que lleva algunos años practicando Aikido, por si queda alguna duda. Ahora enseguida entenderemos por qué vuelvo a decirlo.


No he podido evitar pensar en Jesús. Jesús de Nazaret, Jesús el libertador, El rey de los judíos, Jesucristo (o Cristo a secas), Jesús el ungido, El hijo del hombre, El hijo de Dios. Como Queráis llamarlo. He puesto los nombres en ese orden intencionadamente. A veces escucho conversaciones entre compañeros aikidocas, leo algún articulo de algún foro o alguna revista "aikidoca" y me doy cuenta muchas veces, que aquellas ramas del aikido que se basan en la filosofía que tenia Ueshiba en sus últimos años, utilizan frases de este para justificar cualquier cosa. Se produce entonces un choque de ideales, que provienen de la misma persona, pero que fuera del contexto, pueden contradecirse. Más o menos para hablar claro, me recuerda a cuando los católicos discuten con otros cristianos citando frases de la biblia, para justificar algo.

En el aikido está pasando lo mismo. De hecho, muchas veces me sorprendo a mi mismo, en discusiones mentales, utilizando frases de Ueshiba para tener la razón en algún punto de la conversación conmigo mismo.

Os pongo un ejemplo:

Alguien dice: "El Maestro Ueshiba decía que, el aikido es la unión con los seres humanos y con el cosmos. Así pues el aikido no puede ser un arte marcial, porque eso significa destruir a tu oponente, cuando lo que se busca es la unión de Uke y Tori."

Entonces alguien contesta: "¿Acaso Ueshiba no decía que el aikido era unirse y separarse? ¿No afirmaba también que
Siempre que me muevo. Eso es Aikido?"

Si nos damos cuenta, lejos de entrar en el debate creado como ejemplo, Estamos asumiendo que Ueshiba tiene la verdad absoluta y que a nosotros no nos queda otra cosa que hacer, que utilizar sus palabras para hallar dicha verdad. ¿Si la verdad estaba en Ueshiba, porque no iba a estar en nosotros también?



Estamos cayendo entonces, en el mismo error que todas las religiones del mundo. Seguir a alguien. Me imagino entonces dentro de 100 años, la gente dejando de practicar aikido y siguiendo solo intelectualmente las palabras de Ueshiba y Tsuda. Luego saldrán otras ramas de esta religión. Ueshiba y Tamura. Ueshiba y Moriteru. Es decir... las enseñanzas de Ueshiba, vistas bajo el punto de vista de uno de sus alumnos. Personas citando frases sin ton ni son, sacadas de algún libro. Imagino también a la gente sacralizando dichos libros. Y entonces llegaría el momento, cuando todos nos hubiéramos olvidado de Ueshiba, cuando nacería Dios desde la misma mente. La imagen de Ueshiba se dilataría, distorsionaría y desvirtuaría hasta tal punto, de convertirlo en un Dios o un santo. De hecho ya se está haciendo. Cada vez aparecen nuevas leyendas de sus hazañas con su poderoso "Ki", son como los milagros de Jesucristo. Hace poco leí en una revista lo siguiente: Los budistas tienen las carcajadas del Dalai Lama, los católicos tiene la Bondad de Jesús y nosotros, los aikidocas tenemos la sonrisa de Ueshiba y también tenía carcajadas. ¿nos damos cuenta? Esto ya ha comenzado.

Así pues dentro de un siglo o incluso menos, el propio fanatismo hacia el aikido y hacia Ueshiba será tan grande que no concebirán que Ueshiba hubiera sido un simple hombre normal y corriente. Hablaran primero de "elegido", después de "semi-Dios" y después ya, hablaremos de el como "la encarnación de Dios en la tierra" y entonces Ueshiba, dejará de ser humano.

¿Por qué es posible que no ocurra esto? Muy sencillo, en la época en la que vivimos, la gente no es tan fácil de engañar. Existen vídeos de Ueshiba, donde se le ve como es una persona normal. Dudo en que llegue el día en que esos vídeos se clasifiquen de prohibidos y satánicos (o como llamamos en aikido, "Jutsu"). Y sobre todo, la razón de porque el aikido nunca podrá convertirse en una gran religión como el catolicismo, es la siguiente: Nos han vuelto a engañar. Nuestro Dios ahora es el dinero. No podemos concebir que sea otro ente el que nos gobierne, nos ame o nos castigue. 



Pero ese es otro tema. Con este ejemplo, me doy cuenta entonces de lo que pudo ser Jesús en su momento. Un hombre normal y corriente, Un hombre sabio, con don de gentes. Y sobre todo, un hombre libre. No nos equivoquemos. Cuando hablo de "un hombre normal", no me refiero a un hombre como tu vecino, o como tu hermana. Me refiero a una persona normal, sin traumas, sin imperfecciones que le impidan madurar y evolucionar. Una persona normal, pues, se convierte en alguien extraordinario.


Llegados a este punto y si me he sabido explicar, mi pregunta es. ¿Donde está Dios entonces? ¿Lo crea el hombre cuando una imagen se distorsiona de la realidad? ¿o es un concepto abstracto que determina algo que solo entendemos cuando evadimos toda realidad?

Cuando un fanático se vuelve loco de furor por cristo y por su magnificencia, no hay nadie real a quien se refiera. Se está refiriendo entonces a "aquello que perdura a lo irreal", es decir. Uno mismo.



Lo explico mejor: Cuando estamos tan absortos en una entropía que nos obliga a seguir a alguien y toda realidad brilla por su ausencia en nuestras palabras vacías. Lo único que nos queda es una sensación de "fe" esa sensación viene de uno mismo. Y la "fe" la tienes hacia el dios que ha creado tu mente. Así pues tienes fe en tu fe y por lo tanto, estas teniendo fe en ti mismo. En el poder de tu mente por crear cosas tan grandes y ser capaz de creértelas. Lo ultimo que te queda coherente, es tu propio potencial. Es ahí donde ves a Dios. Porque es Dios, lo único que te queda cuando estas más perdido que un pulpo en un garaje. Pero no os confundáis. No está fuera, sino dentro y por lo tanto muchas practicas y teorías carecen del soporte necesario para seguir engañándonos, llegados a este punto.

Así pues cuando afirmamos que "Ueshiba es la encarnación de Dios en la tierra" o "Jesucristo es la encarnación de Dios en la tierra" Nos damos cuenta de que es cierto. Pero este es mi matiz. "Todos somos encarnaciones de Dios en la tierra" Pero solo nos damos cuenta, cuando lo vemos fuera de nosotros. Cuando pensamos en un santo que hace milagros, entonces Sí que afirmamos esta idea. Nos parece más fácil verlo en los demás, que en nosotros mismo. Entendemos entonces porque tantas personas siguen a un mismo Dios o a una misma persona. Están siguiendo lo que creen que no tienen dentro. Lo afirman, pero no se lo creen. Sus almas, necesitan seguir creyendo que los seres humanos, o al menos uno, es la manifestación de Dios. 



De modo que Dios nace de la mente y cuando salimos de ésta nos encontramos con el vació absoluto. Porque si salimos de nosotros mismo, no existe Dios. Entonces, cuando volvemos a nosotros mismo, comprendemos que Dios solo puede estar dentro de nosotros. Y comprendemos varias cosas. 


Para comprender mejor este concepto, acabaré citando una frase zen que lo describe perfectamente. espero que después de seguir mis pensamientos con esta lectura, comprendáis el mensaje de tan sencillas palabras.

"Antes de estudiar el zen, los ríos son ríos y las montañas, son montañas. Mientras practicas el zen, los ríos dejan de ser ríos y las montañas ya no son montañas. Después de practicar el zen, los ríos vuelven a ser ríos y las montañas, vuelven a ser montañas:"


Que paséis un buen día.